El dato de paro del mes de octubre en La Rioja era más que previsible: a lo largo de los años se mantiene el mismo patrón, una vez finaliza septiembre el desempleo sube y si no se pone remedio lo seguirá haciendo hasta el mes de enero.
La precariedad alcanza tasas insostenibles. Los datos son contundentes: 25.475 contratos en La Rioja en el mes de octubre y solo un 4,2% han sido indefinidos. Se han realizado más de 24.000 contratos temporales en un solo mes y si realizamos una cuenta sencilla, cada desempleado riojano podía haber tenido 1,4 contratos este mes. El problema es que el 27% de los contratos dura menos de una semana.
Esos contratos tienen cotizaciones bajas y por su duración no generan cobertura por desempleo, con lo cual al finalizar el contrato la mayoría de las personas se encuentran de nuevo sin ingresos. La tasa de cobertura se reduce de nuevo este mes y apenas alcanza al 51% de los desempleados.
La precariedad no solo afecta a los sectores privados, si no también, en gran medida, al sector público. Los datos de afiliación a la Seguridad Social son positivos gracias en parte a la contratación de docentes, en el caso de La Rioja más de 1.000, aunque son contratos temporales que pasaran a ser parados al finalizar el curso. Las altas en el régimen agrario han sumado más de 2.700 cotizantes para las campañas de la fruta y la vendimia, que causarán baja en el mes siguiente.
Es necesario que el Gobierno admita que la austeridad y los recortes están agrandando la brecha no solo entre quienes tienen un trabajo y quienes no, sino también entre aquellas personas que tienen un trabajo fijo y los que sufren la temporalidad, y tome las medidas necesarias para corregir esta situación.
