Los profesionales de Atención Primaria de salud (AP) de nuestra región organizaron y participaron ayer en las concentraciones que tenían lugar en toda España por la dignificación de la Atención Primaria, la puerta de entrada a nuestro sistema sanitario público.
Las concentraciones de denuncia habían sido convocadas en algunas comunidades con el soporte de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFyC), si bien mayoritariamente fueron articuladas a través de las redes sociales por los propios profesionales.
Esa informalidad espontánea en su organización puede parecer novedosa (no lo es tanto, y desde luego es señal de los tiempos), no obstante las causas del malestar profesional no lo son en absoluto: la reivindicación profesional se centra con toda claridad en la demanda de una dotación de medios y organizacional que permita atender a los pacientes en condiciones de calidad dignas.
Ello entronca directamente con la reivindicación histórica que ha venido siendo articulada a través de la “Plataforma 10 minutos” promovida por la SEMFyC y FSS-CCOO, entre otras organizaciones, y que en abril de 2007 fue la causa de una convocatoria de huelga en todo el país dirigida a todos los profesionales de Atención primaria de nuestro país.
FSS-CCOO no ha convocado estas concentraciones, si bien nuestros/as afiliados/as han participado en las mismas; hemos vivido su génesis y desarrollo a través de las RRSS y los (inevitables) grupos de WhatsApp. Queremos con esto subrayar que la presente nota sólo es una modesta contribución a esa denuncia, con vocación ante todo de “no estorbar” y dos objetivos: 1) Recordar, primero, que las carencias denunciadas son, sin duda, “históricas”, y 2) Señalar con rotundidad que existen soluciones y también poderes públicos a los que compete la obligación de proveerlas.
La atención personal temporalmente suficiente que cada usuario y paciente precisa, sean consultas médicas, de enfermería o pediátricas, sea la atención en mostrador o para traslado al nivel asistencial especializado, extracciones o cualquier intervención terapéutica o de gestión radicada funcionalmente en el Centro de Salud, depende directamente de dos factores: los medios humanos y los recursos financieros que sean destinados a la AP.
Demanda asistencial en crecimiento sostenido, una plantilla insuficiente y una crónica falta de inversión productiva en los sucesivos presupuestos de nuestra comunidad (la “inversión” contable en presupuestos se va por el sumidero de conciertos y privatizaciones) explican el enquistamiento de los problemas de nuestra Atención Primaria.
El corolario del malestar profesional que sigue reclamando la dignificación de la asistencia a nuestros pacientes estriba en deficiencias organizativas bien conocidas: falta de cobertura de las bajas, criterios economicistas que se imponen a la gestión clínica, falta de continuidad asistencial, la falta de vigilancia y medidas de seguridad, etc.
Sirva como prueba de ello este sencillo análisis estadístico de la evolución de plantilla y actividad en nuestra Atención Primaria en los últimos años:
Los datos son los oficiales del propio Servicio Riojano de Salud (Memorias anuales definitivas). Se toma la Memoria 2009/2010 como punto de partida por ser el inicio de los “recortes” en materia sanitaria (y porque ese año se implantó un nuevo criterio de cómputo estadístico de consultas), la Memoria 2012/2013 por ser coincidente con la rezonificación sanitaria, y las memorias de los tres últimos ejercicios. En cualquier caso las tendencias son consistentemente invariables en horquillas temporales más amplias.
La plantilla reflejada es la total y agregada, es decir: se incluye tanto al personal estatutario como al funcionario, también al personal de los Servicios de Urgencias de AP (SUAP) y al personal de cupo.
Se diferencia dentro de la plantilla cada categoría profesional, diferenciando la formación mediante residencia (MIR).
El número de tarjetas (TIS) por Zona Básica de Salud (ZBS), es decir por Centro de Salud, no refleja realmente la presión asistencial real (ténganse en cuenta los cambios normativos) pero hemos optado por incorporar solamente datos oficiales.
Se aprecia con claridad que sobre una situación inicial (2009/2010), que ya adolecía desde hace años (huelga de 2007) de una crónica falta de medios que impedía dedicar al menos diez minutos a cada paciente, la demanda asistencial ha ido variando internamente a la par que la evolución demográfica de nuestra región (menos consultas pediátricas, mayor cronicidad por envejecimiento). Tales variaciones internas, de raíz demográfica profunda, merecerían un análisis cualitativo específico.
Es evidente que el crecimiento sostenido de la presión asistencial, constante en el tiempo (se aprecia mejor en periodos temporales más amplios), sólo se ha visto afectado -como es lógico- en términos absolutos por la caída de medios humanos en el bienio 2012-2014 (entre 2011 y 2015 el SERIS perdió un 12% de su personal como consecuencia de los “recortes” gubernamentales en sanidad).
Es así mismo evidente que la plantilla de nuestra Atención Primaria continúa estancada, perpetuando las insuficiencias del sistema (ni siquiera el personal que finaliza su periodo de formación MIR palía esta situación), sin hacer frente a sus carencias históricas, sin proveer soluciones a una demanda asistencial creciente y a la necesidad de dedicar, al menos, diez minutos en consulta a cada paciente, reivindicación que ni es caprichosa ni parecerá una locura a nadie mínimamente sensato o conocedor de la gestión del SNS.
FSS-CCOO remitirá estos datos a los Grupos Parlamentarios riojanos.
Ojalá que, aunque solo sea por el motor de su propio furor pre-electoral, el gobierno regional salga de su parálisis, pueda superar su perpetua tortícolis de tanto mirar para otro lado, y gobierne alguna vez: ponga soluciones a los problemas reales atendiendo a las necesidades de los ciudadanos -como es su obligación- antes que a sus propios intereses particulares y cuitas de partido por asomarse a esta foto o entrar en aquella lista.
