A pesar de que este año el efecto positivo de la Semana Santa sobre el empleo ha sido mucho menor dadas las restricciones y limitaciones a la actividad y la movilidad en La Rioja, es un buen dato que el desempleo haya bajado en marzo en 128 personas, y mejor, si va acompañado de un aumento en la contratación. Buena parte de esta han sido contratos indefinidos, gracias a la labor de Inspección de Trabajo, que se ha traducido en un aumento del 47% en los contratos indefinidos en el último año, debidos en parte por la conversión de contratos temporales en indefinidos.
La población asalariada afectada por un ERTE en La Rioja se sitúa en 3.782. Cuatro de cada cinco personas incluidas en ERTE se han reincorporado ya a la actividad laboral.
No podemos olvidar que tenemos casi 20.000 personas en desempleo en La Rioja, un desempleo feminizado, con 8.174 hombres, 11.793 mujeres.
Lo más urgente es iniciar los trabajos de orientación, formación y recualificación de estas personas para que puedan acceder al mercado laboral en mejores condiciones y aprovechar la oportunidad de nuevos nichos de actividad que nos brindan los fondos europeos para cambiar buena parte del modelo productivo de La Rioja.
Pero todo esto no va a funcionar si no cambiamos el marco laboral que tenemos. Hay que derogar las reformas laborales de 2010 y 2012 y construir un nuevo marco de relaciones laborales que aproveche las oportunidades que vamos a tener en el futuro.
Esto tiene que ir acompañado de una mejora de la desigualdad que sufrimos en este país y tiene que ir de la mano también del incremento del Salario Mínimo Interprofesional, tal y como se está haciendo en el conjunto de Europa.
