En la tarde de ayer el gobierno de Pedro Sánchez anunciaba un acuerdo de máxima importancia para nuestro país, un acuerdo histórico porque el Salario Mínimo Interprofesional en España ha pasado de 707 en 2017 a 1.080€ en 2023, una subida en torno al 52%.
Además, hace menos de una década el SMI afectaba a unos pocos cientos de miles de personas trabajadoras en todo el estado pero en la actualidad, la subida salarial hasta los 1.080 euros por 14 pagas, va a incidir entre 2.300.000 y 2.500.000 personas a lo largo del año 2023. Por tanto estamos ante una medida muy importante que consolida un compromiso que el Gobierno adquirió con las organizaciones sindicales.
En La Rioja, en torno al 20% de las personas asalariadas cobran menos de 1.080€ brutos al mes, eso quiere decir que más de 29.000 trabajadores y trabajadoras verán subir su sueldo hasta alcanzar esta cifra: 1.080 € brutos al mes, por 14 pagas para 2023.
Esta mejora salarial va a cubrir los gastos básicos de las familias más deterioradas de España y por tanto, además de ser una medida de justicia, es una medida que mueve la demanda interna y la actividad económica y que genera empleo de forma indirecta.
Este acuerdo se enmarca dentro de una política de pactos y acuerdos sociales por parte de las organizaciones sindicales que protege a unas 16 ó 17 millones de personas en nuestro país, ya que además de las personas que se van a beneficiar por la subida del SMI, hay que sumar a los perceptores de las pensiones en España, que se han visto revalorizadas al 8,5, el acuerdo alcanzado para los empleados y empleadas públicas y las personas cuyo convenio colectivo se ha renovado en el año 2022 con subidas por encima del 5%.
Sin embargo, ha denunciado que aún quedan unos cuantos millones más de personas por mejorar sus salarios en un escenario de inflación muy alta y ha apelado a la necesidad de suscribir un acuerdo en el marco de la negociación colectiva (AENC) para orientar la negociación colectiva del sector privado para el año 2023. Las patronales deben hacer un ejercicio de corresponsabilidad con sus plantillas.
Esta medida reduce las brechas salariales de género y va a beneficiar a las mujeres, a los jóvenes de entre 25 y 34 años, a los trabajadores y trabajadoras dados de alta en el sector agrario y el sector servicios y a las personas que tienen un contrato temporal. Si a esto añadimos los efectos de la reforma laboral en la estabilización del empleo podemos concluir que la reforma laboral y el SMI son intensas medidas contra la segmentación clásica del modelo laboral español.
Si los salarios mínimos de los convenios colectivos hubieran subido como lo acordamos con las organizaciones empresariales no sería tan relevante la cuantía del SMI. Por tanto, impulsemos la negociación colectiva, impulsemos los salarios porque es una forma también de impulsar la actividad económica y de impulsar el empleo.
