El Servicio de Ayuda a Domicilio es parte esencial en las prestaciones de la Ley de Dependencia, y está dirigido a proporcionar un conjunto de atenciones orientadas a facilitar el desarrollo de las actividades básicas de la vida diaria a personas con limitaciones de autonomía personal.
El SAD es un sector fuertemente feminizado con unas condiciones de trabajo penosas, alta tasa de enfermedades musculo-esqueléticas y un elevado índice de automedicación para aguantar las duras jornadas de trabajo diario.
Las trabajadoras del SAD deben disponer de una Titulación para poder prestar servicio a la Atención de Personas en situación de Dependencia y con una formación específica. Sin embargo, la profesionalidad que se les requiere no se traduce luego en unas condiciones laborales dignas. Muchas padecen una distribución de la jornada laboral diaria en dos y tres horarios diferentes a lo largo del día, no se les aplica correctamente los tiempos de desplazamiento entre los diferentes domicilios, modificaciones sustanciales en las condiciones de trabajo, excesiva acumulación de horas por excesos de jornadas de trabajo, etc.
Por otro lado, la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en el SAD no se aplica correctamente a las trabajadoras, debido a que los lugares de trabajo son las propias viviendas de las personas usuarias, y al tener reconocida la inviolabilidad del domicilio, el acceso sólo puede llevarse a cabo con el consentimiento del titular o con una complicada orden judicial.
En definitiva, ser Trabajadora de Ayuda a Domicilio es sinónimo de PRECARIEDAD, y si sus condiciones de trabajo son lamentables, no menos lo es el salario que perciben, con implantación abusiva de jornadas parciales por parte de las empresas, y un salario bruto en jornadas completas de 984,65 € a día de hoy.
LA PRECARIEDAD DEL SAD EN CIFRAS:
La demanda de un salario mínimo de 1.000 € para el colectivo del SAD en un periodo de 2 años, no es suficiente, ya que, las trabajadoras vienen sufriendo una pérdida de poder adquisitivo durante los últimos años.
En el año 2011 las tablas salariales de las trabajadoras de Ayuda a Domicilio, reflejaban un salario bruto mensual de 923,63 €, y ocho años después los incrementos salariales hacen un total de 984,65 € brutos a día de hoy, habiendo habido por consiguiente, un incremento de 61,02 €, que distribuidos en estos años hacen una media de 7, 62 € mensuales por catorce pagas anuales.
Desde CCOO de Construcción y Servicios de La Rioja, defendemos un convenio colectivo que recoja las mejoras que demandan las trabajadoras de Ayuda a Domicilio, sector al que representamos.