Manuel Lago, miembro del gabinete económico confederal de CCOO, alerta de los riesgos de continuar en la senda de bajada de salarios en la charla ‘¿Es la devaluación salarial es un verdadero motor de crecimiento y competitividad’, enmarcada en la jornada ‘Trabajo, crisis y nueva pobreza’ organizada por el sindicato en los cursos de verano de la Universidad de La Rioja.
Asistimos a una etapa de devaluación salarial que hace que los que menos ganan sean los que más están sufriendo la crisis. Las consecuencias de esta crisis no afectan por igual a todos los trabajadores.
España sufre una devaluación salarial intensa, pero distribuida de forma desigual. Los trabajadores que han conservado su empleo y los que eran indefinidos han perdido un poco de poder adquisitivo, pero los trabajadores con condiciones precarias han sufrido un desplome. Mientras que la media de esa caída es del 6%, en los trabajadores que menos cobran es del 10%.
La devaluación salarial ha tenido efectos más perniciosos en los trabajadores más inestables. Para los que cambian de trabajo, los salarios de entrada son muy inferiores a los salarios de los que ya están trabajando o a los salarios que se cobraban antes en el mismo puesto.
En resumen, esta devaluación se da porque los salarios se han contraido y se ha distribuido de forma muy desigual, afectando especialmente a los de los salarios más bajos y a los nuevos empleados.
¿Los pobres son cada vez más pobres?
Ha aparecido con fuerza la pobreza laboral. Antes si eras pobre era porque no tenías trabajo y si tenías trabajo ya no eras pobre. Ahora los contratos están provocando que varios miles de personas tengan salarios más bajos y no puedan tener una vida independiente. Ha aumentado la desigualdad, ha habido una ruptura del equilibrio social. El decil más alto (los que cobran un salario mayor) incluso ha mejorado su poder adquisitivo. Antes de la crisis, el salario del 10% que más cobraba multiplicaba por siete el del 10% que menos cobraba y ahora es 11 veces más.
Hay devaluación salarial, pero se concentra en los que tienen las peores condiciones.
¿Quiénes son aquellos que tienen las peores condiciones? ¿Quién sufre la devaluación salarial con más intensidad?
Cuando haces la radiografía, ves que en el decil 10 (el de los salarios más bajos) hay mujeres, jóvenes, inmigrantes, trabajadores con menos de un año en la empresa y empleados en servicios personales, hostelería y comercio. Hay una clarísima segmentación. Cuanto más pequeña sea la empresa, cuanto más joven sea el trabajador, más devaluación.
El retrato robot de la pobreza laboral es el de una mujer joven, con menos de un año en su puesto de trabajo, que se dedica a la hostelería, el comercio o los servicios personales, que trabaja en una pequeña empresa, posiblemente emigrante, empleada a tiempo parcial y con bajo nivel de estudios.
¿No trabajar jornada completa es determinante para esa devaluación salarial?
La razón fundamental del bajo salario es trabajar por horas, una tendencia que es creciente y que afecta especialmente a las mujeres. Una de cada tres mujeres en el sector privado tienen ya un contrato a tiempo parcial.
¿Bajar los suelos es una forma de crecer y aumentar la competitividad?
Lo que explica que la recesión haya durado siete años y que los efectos sean negativos es la devaluación salarial. La demanda interna es determinante y su componente fundamental es el consumo de los hogares. El 87% de los hogares españoles viven del salario, la pensión o las prestaciones públicas. Si tú cortas eso, bajo el nivel de renta, se reduce la demanda y aumenta la recesión económica. Con salarios bajos no es posible un Estado del Bienestar potente y un sector industrial potente.
La apuesta en España es terrible. Hay que cambiar el modelo, España tiene que crecer, aumentar los salarios, mejorar la protección salarial y mejorar el Estado del Bienestar con cambios fiscales. Eso implica un cambio en la política de la Unión Europea, que debería aprender de Obama y abandonar la senda germánica de la austeridad.
