Las trabajadoras y trabajadores del sector de Dependencia han salido hoy a la calle para exigir que se desbloquee la negociación del VIII Convenio Marco Estatal de Servicios de Atención a las Personas Dependientes y Desarrollo de la Promoción de la Autonomía Personal. La manifestación ha partido de la Plaza del Mercado (ante la sede de la FER), ha pasado por el Palacete del Gobierno de La Rioja y ha llegado a la Consejería de Servicios Sociales.
Actualmente, más de 200.000 personas a nivel estatal carecen de un convenio que respete el salario mínimo acordado en el Acuerdo Nacional de Negociación y establezca unas condiciones de trabajo dignas.
Hoy la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO (FSS-CCOO), junto a a la Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos (FeSP) de UGT La Rioja, se ha concentrado en la Plaza del Mercado. También hay movilizaciones en Cataluña, Galicia, Madrid, Asturias y Valencia.
Ambos sindicatos han lamentado la pasividad de las organizaciones empresariales en la negociación del VIII Convenio Marco Estatal de Servicios de Atención a las Personas Dependientes y Desarrollo de la Promoción de la Autonomía Personal. La patronal se ha negado a atender las últimas propuestas sindicales y no ha planteado alternativas, provocando la parálisis de las conversaciones tras diez meses de trabajo.
Por todo esto, se ha impedido la minoración de la actual jornada anual de trabajo, abusiva e inasumible, se han perpetuado incrementos salariales ínfimos que han empobrecido al sector y a la propia sociedad, se ha mantenido un régimen indecente y decimonónico de permisos y licencias y se ha propiciado un incremento, subrepticio pero constante, de la carga de trabajo con recurso abusivo a la denominada ‘polifuncionalidad.
De este modo, el sector se moviliza para defender un servicio esencial para la sociedad diciendo:
No al empleo precario
No a los salarios de pobres
No a la explotación de los/las trabajadores
No a las enfermedades laborales
Además, consideramos imprescindible que se termine de desarrollar la Ley de Dependencia, que afecta no solo a sus trabajadores/as, sino a toda la ciudadanía.
La dependencia podría ser un yacimiento de empleo de calidad y, sin embargo, se ha convertido en un nicho de precariedad: un sector altamente feminizado en el que las trabajadoras no llegan a los 1.000 euros al mes, cifra mínima contemplada en el último Acuerdo de Negociación Colectiva.
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