Cuando abordamos el tema de la brecha salarial creemos que aquí no pasa, “porque cobramos según el convenio” pero lo cierto es que las estadísticas, informes y estudios siguen revelando la diferencia salarial que existe entre ambos sexos.
Este espejismo de igualdad aparece casi en idéntica proporción entre hombres y mujeres. Aunque gracias, en parte a las acciones de sensibilización que lleva realizando CCOO en los último años y al movimiento feminista, empezamos a oír hablar del agujero negro que suponen los complementos salariales pactados individualmente, de la falta de transparencia retributiva en algunas empresas, o de la poca valoración social y, por tanto, económica de los trabajos tradicionalmente realizados por mujeres, como son los cuidados, el comercio o la limpieza.
Las encuestas, estadísticas e informes sobre la brecha salarial nos ayudan a golpe de cifras y porcentajes a desmontar este espejismo de igualdad y a entender cómo se desencadena este fenómeno complejo en el que interactúa la parcialidad, las salidas y entradas al mercado laboral por los cuidados, la segregación laboral, la baja remuneración de los trabajos feminizados, etc., y cómo combatirlo.
Ejemplo de estos esfuerzos son el Informe Igualdad Retributiva, un derecho pendiente, publicado por la Secretaría confederal de Mujeres de CCOO (febrero, 2020); o el último estudio de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) aparecido esta semana en el que advierten que las mujeres europeas deberemos esperar 84 años para lograr la igualdad salarial, si no se aplican medidas que aceleren el ritmo de disminución de la brecha salarial de la Unión Europea (esta brecha sólo ha bajado un 1% en los últimos 8 años).
Otros datos significativos sobre las tendencias actuales son:
- La brecha salarial entre mujeres y hombres seguirá creciendo en nueve estados miembros (Bulgaria, Irlanda, Croacia, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal y Eslovenia).
- En Alemania y en Chequia las mujeres deberán esperar hasta 2121 para alcanzar la igualdad salarial, mientras que en Francia la brecha se reduce tan lentamente (0,1% desde 2010) que harán falta más de 1.000 años para lograr la igualdad
- Las mujeres de otros nueve países deberán esperar hasta la segunda mitad de este siglo (Dinamarca, Estonia, Italia, Chipre, Países Bajos, Austria, Eslovaquia, Finlandia y Suecia)
- La brecha salarial acabaría esta década, sin más acciones, en solo tres países (Rumanía, Luxemburgo y Chequia), aunque en al menos uno de ellos con salarios inaceptablemente bajos para hombres y mujeres.
Las previsiones para España, según la tendencia actual (2,2% entre 2010 y 2018, último dato disponible), nos indican que la igualdad salarial no se alcanzará hasta 2046. Para lograrla son imprescindibles medidas concretas sobre transparencia salarial, tanto a nivel europeo como nacional.
En este sentido, valoramos positivamente el reglamento de igualdad retribuida incluido en el «Acuerdo para el desarrollo de la igualdad efectiva entre mujeres y hombres en el trabajo», firmado por sindicatos y el gobierno el pasado julio. En él se establece la obligatoriedad de todas las empresas a llevar un registro salarial (auditoria salarial, en el caso de tener plan de igualdad), además de cómo debe ser éste desde un punto de vista normativo (información de los salarios base, complementos salariales y extra salariales diferenciados por sexo y por grupos o categorías profesionales, etc.); también establece la aplicación del criterio de igual retribución por trabajo de igual valor.