El IPC negativo demuestra que la manida recuperación no es tal ya que la precariedad y los bajos salarios no permiten la recuperación. Por esta razón, desde CCOO consideramos prioritario y urgente aumentar los salarios y apostar por la creación de empleo de calidad para evitar la deflación y la desaceleración económica.
No debemos perder de vista que España lleva ya muchos meses con una inflación por debajo de la media, lo que supone ganancias de competitividad vía precios, lo que da un margen que debe ser utilizado para recuperarnos de los durísimos efectos de la devaluación salarial sufrida en los últimos años.
En La Rioja por su parte, los precios se sitúan en un -1% interanual en julio, frente al la caída del -0,6% en el conjunto del Estado, de orma que la riojana continúa a la cabeza del descenso de los precios frente al resto de las comunidades autónomas. Un dato que evidencia la debilidad de la recuperación que se nos traslada por parte del Gobierno regional.
En la Eurozona los precios remontan una décima y se sitúan en el 0,2% interanual, reflejo del débil crecimiento económico europeo. Pero España sigue anclada claramente en terreno negativo debido a los efectos de una política de austeridad. Si el objetivo es impulsar el crecimiento económico y el empleo y reducir la abultada cifra de desempleados, hay que cambiar de política.
Y para ello es necesario una negociación colectiva fuerte para que los trabajadores y trabajadoras participen de la prosperidad de las empresas. Y es que las empresas ya han recuperado en 2015 el excedente empresarial que tenían antes de la crisis. Es necesario que el crecimiento y los mayores beneficios se repartan ahora en forma de más puestos de trabajo, de empleo más estable, y de salarios que ganen poder de compra.
La creación de empleo y el aumento del poder adquisitivo de los salarios son los dos factores que más hacen por consolidar el crecimiento y su sostenibilidad, gracias a la rebaja de la desigualdad que producen. Pero además debemos apostar por impulsar niveles salariales y de protección social decentes, que eviten la pobreza laboral.
Para Comisiones Obreras, el crecimiento de la actividad económica tiene que servir para recuperar los salarios tras la fuerte devaluación interna sufrida por los empleados públicos y privados durante la recesión. Y es que, en esta salida de la recesión no debemos permitir que sigan aumentando los niveles de pobreza y desigualdad, por lo que urge incrementar los salarios más bajos a través de una mejora sostenida del SMI que lo sitúe en 800 euros mensuales en 2016, al tiempo que los incentivos a la contratación se concentran en este colectivo y los parados de larga duración, para evitar que la mejora salarial recorte sus oportunidades de empleo.