Ha sido un año especialmente duro para el sector industrial en La Rioja, con el cierre de empresas históricas como Altadis. La crisis ha impactado con fuerza en la región, pero también en el resto del país. Por tanto, se hace más necesario que nunca un Pacto por la Industria, que ayude a reflotar el sector, como destaca Agustín Martín, secretario de la Federación Estatal de Industria de CCOO. Martín participó el pasado 17 de febrero en Logroño en el II Congreso de CCOO de Industria de La Rioja, que reelegió a Rodrigo Alfaro, como su secretario general.
¿Qué situación atraviesa el sector industrial?
Acabamos de cerrar un acuerdo a nivel estatal con las principales organizaciones empresariales del sector industrial para trasladar al Gobierno y a los partidos la necesidad de abordar de manera inmediata y urgente un Pacto por la Industria, que permita no sólo tener una estrategia como país en el ámbito industrial, sino definir y concretar esta estrategia en los ámbitos territoriales y regionales, desde la igualdad y desde una visión global. No puede estar en función de las influencias políticas o sociales sino en base a las necesidades que tienen cada una de las regiones. Sería un pacto a nivel nacional con diferentes patas en los ámbitos autonómicos.
En cuanto a La Rioja, existe la necesidad urgente desde los ámbitos institucionales, sociales y desde las organizaciones sindicales y empresariales de trabajar para concretar este pacto y conseguir que no se quede en meras declaraciones de intenciones. Debe concretarse con un plan presupuestario para reflotar un sector que tiene que seguir siendo fundamental en una comunidad como La Rioja.
¿Cuáles serían las prioridades de este pacto?
Primero tiene que haber voluntad politica, tenemos que aseverar entre los distintos interlocutores que es necesario tener el sector industrial como sector estratégico para el desarrollo de otros sectores. Con la industria se garantiza un efecto multiplicador en servicios, comercio, hostelería, transportes, logística… y esto genera riqueza en un país, lo que también se tiene que ver reflejado en la sanidad, en la asistencia social, en la enseñanza…por lo tanto, lo primero es tener la industria como referente.
En segundo lugar, necesitamos un cambio de modelo energético. Tenemos un modelo en nuestro país que está llevando a las casas, a las familias, a la pobreza energética, pero también a una situación de falta de competitividad en nuestras empresas, donde el aporte del precio de la energía es fundamental para su competitividad en un mundo en el que la internacionalización juega un papel fundamental.
Necesitamos también un Pacto por la Educación, que evite estar cada cuatro años hablando de modelo educativo. Que garantice una formación profesional adecuada a las necesidades que en ese momento demanda el mercado. No es de recibo que haya planes formativos que estén desfasados con respecto a las nuevas tecnologías, cuando en el mundo se está hablando de la agenda digital, de la robotización, de la industria 2.0, de la digitalización…No sólo hablo de formación reglada para garantizar la incorporación de los jóvenes al mercado laboral, sino también una de formación que permita que las personas que están trabajando en una estructura industrial muy cambiante sean capaces de adecuarse al uso de las nuevas tecnologías. Además, hay que ayudar a la recolocación y la reinserción en el mercado laboral de los miles de personas que se han visto en la situación de desempleo por la crisis y que tendrían muy difícil volver al mercado de trabajo sin una recualificación dirigida.
También es muy importante para los trabajadores del sector industrial avanzar en la negociación colectiva.
Estamos trabajando a nivel estatal en negociaciones con la Patronal, planteando un elemento central: para que haya recuperación económica y esa recuperación económica llegue a las familias, tiene que haber aumentos salariales. Hemos estado unos años en los que la reforma laboral ha tratado de desmontar un sistema de relaciones laborales con convenios colectivos que nos parecía adecuado para nuestro país y es el momento de recuperar derechos. Y eso significa recuperar los convenios colectivos, sobre todo recuperar poder adquisitivo y recuperar un aumento de salario. Es el momento de ir a la ofensiva. Si no hay crecimiento de salarios difícilmente podemos estar en una situación de crecimiento de la actividad económica, la gente necesita dinero para atender sus necesidades. Necesitamos mejores salarios, recuperación de derechos para evitar la situación de precaridad y de desigualdad a las que nos han abocado las políticas del gobierno del Partido Popular. Es el momento de recuperar derechos.
Así mismo, es necesario incluir medidas en los convenios para garantizar la igualdad.
Es obvio y está claro que en una sociedad avanzada como la que queremos construir, la igualdad tiene que jugar un papel fundamental. Las grandes perdedoras de la crisis han sido las mujeres, algo ligado a la precaridad del trabajo y la brecha de género, no sólo en la desigualdad de salarios sino en la desigualdad para acceder a promociones, y tiene mucho que ver con la gestión del tiempo de trabajo. Hay que permitir fórmulas que faciliten compatibilizar la vida personal con la laboral, entendida esta no sólo para que las mujeres puedan disponer de tiempo para sus tareas, sino al revés, para garantizar que el conjunto de los trabajadores y trabajadoras tengamos el referente de compartir en esta sociedad y de compatibilizar tanto el desarrollo personal como el laboral. Un convenio colectivo no puede ser sólo jornada y salarios, tiene que avanzar también en estos aspectos como la igualdad y la distribución de la jornada de trabajo. No por más jornada de trabajo se es más productivo, necesitamos que el trabajo sea el elemento que vehiculice la capacidad de desarrollo personal para hombres y mujeres, y fundamentalmente centrándonos en las mujeres, que son las que más precariedad sufren.