Ante la última agresión ocurrida en el Hospital San Pedro, los vigilantes de seguridad queremos desear una pronta recuperación a la celadora herida, pero también queremos subrayar que no se puso en marcha el protocolo médico por el que nos deberían haber avisado cuando el paciente se puso agresivo. Además, no contamos con los medios materiales y humanos necesarios para hacer frente a los numerosos riesgos que padecemos.
La vigilante de seguridad apareció en cuanto no se enteró, pero, por desgracia, no tenemos el poder de la ubicuidad. ¿Cuántas veces se llamó a Seguridad porque este paciente estuviera agresivo? Cero veces. ¿Sabéis cuánto tardó en aparecer en la incidencia? Escasos segundos y no porque la llamasen, sino porque estaba dando vueltas por la zona en prevención de que pasara algo, ya que se lo olía, pero nadie le dijo que lo hiciera.
Desde que apareció la vigilante hasta que el paciente fue de nuevo llevado a Urgencias para ser tratado, nadie más fue agredido, gracias tanto a su pronta intervención como a la de un compañero celador que tuvo la valentía de acompañarnos y apoyarnos en todo momento. Por desgracia, no se pudo evitar lo anterior por nuestra parte ya que fue muy repentino.
Así mismo, han denunciado las carencias de personal en su colectivo. Hemos pasado de 6 vigilantes a 5 y, desde septiembre a 4. Uno está de forma permanente en Urgencias, otro no se puede mover de la sala de cámaras y otros dos tienen que cubrir todo el hospital. Además, tampoco disponemos del material necesario para hacer frente a las incidencias que vivimos a diario. Cuando hay una incidencia en Psiquiatría, donde cada semana registramos 2 o 3 altercados, y tenemos que llamar a la Policía, acuden cuatro agentes con cascos y escudos, mientras que nosotros no contamos con esos recursos.
Realizando nuestras funciones hemos recibido numerosas agresiones, las cuales, en no pocas ocasiones, han terminado en lesiones. En lo que llevamos de año ya hemos tenido varias, entre ella, un labio partido, una fisura de costilla, contusión en mandíbula… Ha habido muchas más a lo largo de todos los años que lleva seguridad en el recinto hospitalario. Hemos tenido que pasar días de incertidumbre mientras los resultados de las analíticas llegan y dan negativo a una enfermedad contagiosa, todo por estar protegiendo al personal y usuarios del hospital, lo que hacemos con orgullo, ya que es nuestro cometido. Ha habido cortes, golpes con bates de béisbol, sillazos, amenazas con jeringuillas… No nos quejamos por todo ello, pero sí por los que quieren menospreciar nuestro trabajo.
Si en el hospital no ocurren más desgracias como estas, en parte es gracias a que los vigilantes de seguridad estamos ahí haciendo nuestro trabajo.