En la Comunidad Autónoma ser empleado público y ponerse enfermo sale realmente caro en todos los aspectos. En el bolsillo se nota de manera escandalosa. Siendo pioneros en el recorte de la prestación por Incapacidad Temporal (IT), el control de las mutuas resulta abusivo, como si los empleados públicos fuéramos unos embusteros que jugamos con nuestras enfermedades.
Pero no es ese el único control. La inspectora de la Comunidad Autónoma no sólo controla que la persona enferma realmente lo esté sino que se decida también a presuponer, amenazar y abusar de su posición de poder, amedrentando a los trabajadores que están de baja. Interrogatorios abusivos y sometimiento a juicios sumarios, forzando incluso el alta de los trabajadores.
Desde la Federación de Servicios de CCOO nos preguntamos quién “colocó” a esta mujer en un puesto de semejante responsabilidad y cuál es el motivo de que haya llegado a ese puesto.
Sorprende también que la plaza interina que ocupa desde hace años nunca salga a oferta pública y nos resulta realmente extraño que no exista otra persona con más empatía, humanidad y amabilidad que ella para tratar con personas enfermas.
Una vez más nos preguntamos dónde se encuentran los límites de los puestos ocupados “a dedo”, y, sobre todo, si quien los ocupa demuestra semejante ineptitud en el ejercicio de las funciones que le competen.