CCOO quiere denunciar la “lamentable e incompetente” gestión del proceso de selección para cubrir 10 plazas de operario especializado (retenes), que camina ya por el tercer ejercicio.
Los problemas comenzaron con la redacción de las bases del primer ejercicio y la deficiente y confusa descripción de algunas de las pruebas físicas a realizar. Esta confusión dio lugar a la ampliación de una nueva lista de admitidos, de 110 a 193 opositores, tras la reclamación de los propios aspirantes en fase de revisión.
Superado el segundo ejercicio, el tribunal se encontró con la “faena” de tener que examinar a 164 aspirantes de la demostración práctica de sus capacidades para el ejercicio de tareas propias a desempeñar en su futuro trabajo, con el problema logístico que ello supone. ¿Qué hubiera ocurrido si se tratase de 300 aspirantes?
En la redacción de las bases queda “explícitamente” recogido que el ejercicio consistirá en el “uso de herramienta manual y mecánica”. Sin embargo, el tribunal decidió soberanamente que la herramienta mecánica no forma parte de la demostración de las capacidades del personal a examinar. Craso y complejo error, que pone en entretela la labor que este colectivo realiza dentro de sus tareas diarias.
No contentos con su desvirtuada gestión, en la segunda fase del mismo ejercicio incluyeron en una de las pruebas una identificación que no entra dentro del temario que se recoge en el Anexo II.
De 169 pasaron a 19 aspirantes que llegarán al cuarto ejercicio ante el asombro de la mayoría y, sobre todo, de los que llevan muchos años trabajando en este colectivo y sabiendo la importancia que tiene que un proceso de selección defina los trabajos que se realizarán a diario. La herramienta mecánica es parte intrínseca de la labor de los retenes y no incluirla en la oposición es un insulto al trabajo, a la vocación y a la dignidad de todos los que se dedican a la prevención y extinción de incendios forestales.
Cada día resultan más sorprendentes y menos gratificantes, por injustos y mal gestionados, algunos procesos de selección de personal que se realizan en esta comunidad.
Una “oposición” tendría que contemplar unas bases bien descritas y reguladas, que no den lugar a interpretaciones subjetivas; con pruebas que se ciñan al temario que describen; con un tribunal objetivo que tenga un criterio unidireccional a la hora de calificar cada ejercicio; donde la soberanía del mismo no se traduzca en abuso de poder; y donde las pruebas estén verdaderamente orientadas a la demostración de la capacidad de los opositores para con el trabajo diario que les fuere a corresponder, y no en base a la comodidad del propio tribunal para realizar las mismas.