El paro registrado ha aumentado en julio en 345 personas. La afiliación a la Seguridad Social ha descendido en 1.744 cotizantes y se ha mantenido la feminización del desempleo y la rotación laboral.
Necesitamos que se forme Gobierno cuanto antes, un Gobierno estable y progresista que apueste por el empleo de calidad y corrija y derogue reformas como la laboral, la de pensiones, y modifique la fiscalidad.
Durante el mes de julio, en los últimos 5 años, solo en 2017, subió también la cifra de parados en La Rioja. En los últimos 4 años, los datos de paro son el espejo de los movimientos laborales del sector agrícola, seguidos del sector servicios, mientras que el sector de la industria y la construcción no marcan tendencia desde hace 5 años.
La contratación temporal supone el 93,14% de los contratos firmados este mes. Es imprescindible modificar los artículos 15 y 42 del Estatuto de los Trabajadores para revertir los efectos nocivos que se mantienen por la reforma laboral del PP.
Nuestro paro cada vez está más feminizado poniendo a las mujeres en peor situación económica que a los hombres de nuestra región. Mientras que en los menores de 25 años el 51% de los parados son hombres, en los mayores de 25 años, el 60,98% de los parados son mujeres. La brecha se dispara con la edad. Tendencia que se mantiene en el conjunto del estado.
El 75% de los parados de larga duración son mujeres. El 31,40% de los parados de larga duración son mayores de 44 años, y de estos, el 90,58%, son mujeres.
CCOO defiende cambios del modelo productivo y laboral para generar y consolidar empleo de calidad y con derechos, que ponga freno a la precariedad y la desigualdad. Apuesta por potenciar la negociación colectiva, la mejora de la conciliación familiar en términos de igualdad y la mejora sostenida de salarios y pensiones. El estado “de bienestar” necesita una reforma fiscal progresiva que permita recuperar la inversión productiva y aumentar los niveles de protección social. El objetivo es sacar a la economía de su patrón tradicional de bajo valor añadido, aumentar la inversión pública y reorientarla hacia la mejora de la calidad y el contenido tecnológico de la producción para poder generar empleo estable y de calidad.