Las puertas de la sede de CCOO en La Rioja han acogido hoy una concentración en la que se ha guardado un minuto de silencio por el fallecimiento de dos trabajadores en un accidente laboral en Navarrete.
Como ha destacado el secretario general del sindicato en la comunidad, Jorge Ruano, hay que ser muy cautos y esperar a que la investigación determine las causas para comprobar si han funcionado los protocolos y establecer responsabilidades.
Una vez más, CCOO reclama un cambio importante en política de prevención para corregir esta situación que arrastramos desde 2012. Con la entrada en vigor de la Ley de Riesgos Laborales, el trabajo conjunto de empresarios, administración y sindicatos consiguió rebajar sustancialmente los niveles de siniestralidad en nuestro país, pero con la reforma laboral de 2012, estos niveles no han dejado de crecer año tras año.
En estos momentos, La Rioja ya registra más de 1.000 accidentes laborales más de los que tenía en 2012 y la cifra no deja de crecer cada mes y cada año. En 2018, se contabilizaron 1.147 accidentes y en 2019 la cifra supera los 1.200.
Es el momento de revisar cuáles son esas medidas preventivas que hay que retomar. Hay que dejar claro que estos accidentes, en la mayoría de los casos, no son cuestión de mala suerte o de fatalidad, sino de falta de medidas preventivas. Estas medidas han perdido eficacia y hace falta implementar nuevas.
Ruano ha anunciado que, tras el accidente, el consejero de Desarrollo Económico, José Ignacio Castresana, se ha puesto en contacto con las organizaciones sindicales para dar un nuevo impulso a un plan para combatir la siniestralidad.
Las muertes son la cara más trágica y más dolorosa, pero también hay accidentes no tan graves pero que suponen la invalidez, amputaciones o cuestiones importantes. Además, los accidentes son sólo la punta del iceberg, también hay que hacer hincapié en las enfermedades profesionales, que obligan a trabajadores a ir prácticamente enfermos a trabajar.