Los datos del paro de este mes no tienen precedentes, pero la situación económica que estamos viviendo, tampoco la tiene. En realidad, es el país el que está parado con las medidas pactadas por sindicatos y empresarios y que ha tomado el Gobierno para evitar la destrucción de cientos de miles de puestos de trabajo mientras se lucha contra la propagación del COVID-19.
Con 1.519 personas paradas más, la mayoría procedentes de contratos temporales en el sector de servicios, el objetivo es no dejar a nadie atrás en esta crisis y seguir avanzando en la adopción de medidas de protección social destinadas a aquellos sectores de población afectados por la crisis para los que todavía no se han implementado, desde el marco del diálogo social y con el objetivo de que no aumenten los niveles de pobreza y desigualdad.
Los datos del mercado laboral en marzo son los peores de la serie histórica, no comparables con los meses anteriores ni con crisis anteriores, por el impacto extraordinario de la paralización de amplios sectores de la economía. Esta sacudida se produce además sobre un mercado de trabajo no recuperado aún de los efectos negativos de la anterior crisis económica y con profundos desequilibrios (paro, precariedad, brechas de género) que corregir y mejorar.
Las medidas económicas y sociales que el Gobierno está aprobando en esta fase inicial van en la línea correcta, aunque CCOO considera que en algunos casos son menos ambiciosas y redistributivas de lo que la situación requiere, movilizando un volumen inferior de gasto público para hacer frente a la pandemia y sus consecuencias al de otros países europeos, y fiándolo todo en gran medida a ofrecer avales y dotar de liquidez a empresas, propietarios… Muchas de las medidas aprobadas tienen un periodo de vigencia muy corto, que previsiblemente habrá que ir prorrogando en el tiempo y ampliando en su alcance si la situación de crisis se mantiene.