Podemos mostrar un optimismo moderado dentro de la gravedad de la situación económica ya que sin las medidas extraordinarias adoptadas (limitación despidos, ERTES, liquidez empresas…), fruto del diálogo social, el daño en el tejido productivo y la destrucción de empleo habrían sido muy superiores.
Además, la batería de ayudas sociales extraordinarias ha evitado el desplome de la economía consiguiendo mantener el consumo de las familias.
18.707 parados registrados en La Rioja, 236 menos que el mes pasado. A los que de no haber sido por los ERTE y su condición de mantenimiento del empleo, habría que sumar los contratos suspendidos de los 3.967 ERTE con 20.063 afectados, de los cuales 8.736 son hombres y 10.025 son mujeres. Sin olvidarnos de los 9.915 autónomos que se han acogido a las ayudas también, consiguiendo mantener sus empleos, a sus empleados y sus centros de trabajo.
La desescalada sanitaria va por fases y el repunte económico, también. Siete comunidades han mejorado sus datos respecto al mes pasado y como en La Rioja, gracias en gran medida al sector de la agricultura con más de 6.000 contratos firmados este mes. Debemos valorar y potenciar este sector en una tierra privilegiada como la nuestra, haciendo crecer su valor añadido junto con sectores como el de la industria o el turismo. Otras comunidades en cambio, aumentan sus cifras de paro por la paralización todavía de sectores como el turístico, la hostelería y el comercio. Sectores que poco a poco retoman su actividad siempre dependiendo de la fase de desescalada dentro de la emergencia sanitaria en la que se encuentren.
El mercado laboral muestra una mejoría en mayo, al recuperar 2.235 personas afiliadas a la Seguridad Social en media mensual tras los malos datos de abril y sobre todo marzo. Estos datos reflejan el reinicio de la actividad durante mayo, al irse relajando las restricciones del estado de alarma en La Rioja.
Gobierno, patronal y sindicatos debemos seguir trabajando conjuntamente por una mayor estabilidad en el empleo.
