Ese es el principal objetivo del acuerdo para el retorno seguro a la actividad económica y productiva alcanzado el pasado mes de mayo entre el Gobierno de La Rioja, sindicatos y patronal en el marco del diálogo social.
Tras la primera reunión de seguimiento del acuerdo, CCOO califica como positiva en términos generales la situación en cuanto a la seguridad y salud de las personas trabajadoras frente al COVID-19 en la mayoría de los sectores y empresas.
Se ha puesto de manifiesto la eficacia de la colaboración entre la administración, sindicatos y patronal, a través de sus recursos en materia de prevención y salud laboral a la hora de informar y formar, a empresas y trabajadores. El acuerdo recoge el papel fundamental de los Servicios de Prevención Ajenos para realizar la evaluación del riesgo frente al COVID-19 y establecer los protocolos y planes de contingencia adecuados a cada empresa.
El primer balance es positivo en cuanto no se han producido hasta el momento situaciones graves en empresas riojanas, si bien es cierto que los planes de contingencia y medidas preventivas tienen un desarrollo desigual según el tamaño de la empresa y sector de actividad.
Se ha constatado una mayor de dificultad de las empresas pequeñas a la hora de tener información y de gestionar la prevención frente al COVID, una situación que desde CCOO se viene señalando y que afecta a la prevención de riesgos en general. Nuestro tejido productivo está compuesto en su mayoría por empresas pequeñas o muy pequeñas de menos de seis personas trabajadoras y por lo tanto no tienen derecho a elegir a representantes de los trabajadores/as en materia preventiva, lo cual dificulta la implantación de una cultura preventiva en un número muy importante de empresas.
Los sectores industriales y empresas de más de cuarenta trabajadores, son las que han establecido planes de contingencia y medidas preventivas de manera más generalizada en los puestos de trabajo, sin embargo no se puede bajar la guardia puesto que se está detectando una cierta relajación, en los espacios comunes como comedores, zonas de descanso, vestuarios o transporte, en los cuales deben implementarse medidas y protocolos de prevención.
Por otra parte se pone de manifiesto la necesidad de redoblar los esfuerzos en sectores como la construcción, donde existen más dificultades a la hora de garantizar el acceso a los servicios higiénicos específicos frente al COVID. Así como una atención especial a campañas agrícolas como la vendimia.