- Los datos despejan las incertidumbres sobre la recuperación de la economía y el empleo, y dejan sin argumentos a los que estaban deteniendo la revisión del SMI este año.
Los datos que ofrece la EPA en este segundo trimestre de 2021 reflejan la trayectoria de la recuperación y el aumento de la actividad. Es impresionante comprobar el bajo efecto que ha tenido esta crisis sobre la tasa de desempleo en comparación con otras crisis. La explicación es la gestión diferencial a través de ERTEs impulsada por los agentes sociales.
Pero la población asalariada con contrato temporal cada vez necesita firmar un número mayor de contratos temporales para lograr trabajar durante todo el año, debido a la mayor rotación laboral y la menor duración media de los contratos temporales. Las tasas de temporalidad deben mejorar de forma urgente para sacar a nuestro país de la precariedad que nos caracteriza.
La precariedad laboral –la ausencia de un trabajo de calidad que garantice unas condiciones dignas de vida- afecta a la mayoría de la clase trabajadora, ya sea en su grado máximo (sin trabajo ni ingresos) o en diversos grados según la falta de calidad y explotación de las condiciones laborales.
Debemos superar con creces los datos anteriores a la pandemia, pero con el objetivo de afianzar unos empleos de calidad que permitan una verdadera recuperación económica y social. Para ello es indispensable la derogación de las ultimas reformas laborales y el aumento del Salario Mínimo Interprofesional.
